Sebastião Salgado, el renombrado fotógrafo franco-brasileño que convirtió el sufrimiento humano en arte a través de su inconfundible blanco y negro, falleció este viernes 23 de mayo a los 81 años, según informó su ONG, Instituto Terra.
La noticia fue confirmada también por la Academia de Bellas Artes de Francia, de la cual era miembro desde 2014.
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Sebastião Salgado se consagró como uno de los grandes fotógrafos del siglo XX.
Economista de formación, Salgado nació en 1944 en Conceição do Capim, un pequeño pueblo del estado brasileño de Minas Gerais.
Dejó su carrera en organismos internacionales para dedicarse de lleno a la fotografía, impulsado por un viaje de trabajo a África que le reveló su vocación. Desde entonces, su cámara fue testigo de guerras, crisis migratorias, explotación laboral y, más recientemente, de la fragilidad del Amazonas.
A lo largo de su carrera, Salgado se consagró como uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. Proyectos como Éxodos, Trabajadores y Génesis recorrieron el mundo en exposiciones que buscaban, a través de la belleza visual, provocar reflexión sobre la condición humana.
En los últimos años, dedicó su energía a retratar la Amazonia, acompañado por un equipo multidisciplinario y viviendo entre comunidades indígenas.
Criticado por algunos por lo que llamaban una «estética de la miseria», Salgado defendía su trabajo como un reflejo de su origen y su mundo. “Fotografío mi mundo”, dijo en una entrevista con El País.
Junto a su esposa y colaboradora, Lélia Wanick Salgado, quien comisarió sus exposiciones y editó sus libros, dejó un legado que trasciende la fotografía: una mirada comprometida, humana y profundamente poética de los más olvidados de la Tierra.
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